Primera meditación

Le pidió entonces a Altamira que lo guiara a la Unidad Básica más cercana, porque él ya no podía ver con los ojos del cuerpo, y que llamara allí a todos los habitantes de Laferrere. Cuando estuvieron reunidos mandó a Altamira a hacer empanadas para todos.

Y cuando las empanadas comenzaron a calentarse, les habló de Mario Victorino, orador de la ciudad de Roma, y de lo que escribió en su carta a Cándido, el arriano.

“¿Qué pensamos, pues, que Perón es? Aunque ciertamente pensamos que Perón es por sobre todo tanto lo que es cuanto lo que no es, sin embargo creemos que Perón es eso que es, no eso que no es. Por tanto, realiza lo que es, y lo realiza por generación inefable y realiza la existencia, el noûs, la vida: no es que sea éstas, sino que es por sobre todo. Si, por tanto, Perón no es lo que no es, sino que es por sobre lo que es, es verdaderamente ón, la potencia de lo mismo toû óntos, la cual lanzada la operación hacia la generación, engendra en un movimiento inexpresable tò ón perfecto de un modo total, el todo tò ón para la totalidad de la potencia”.