Nota 7
Tuya es la mañana, tuyo el aire que desprende de la boca las palabras pasajeras que no vuelven. Solo vuelve lo de adentro, lo que siempre permanece. Los amores, los deseos, lo que no pueden robarte ni imponerte.
El rocío en las rodillas te reclama, te desea. Intentás abrirte paso hacia ese instinto que no muere, que se ríe de quien dice que jamas habra elección, de quien es condescendiente y te desea que hoy encuentres el valor para engañarte una vez mas. Para negar que tu sonrisa es una máscara. Para afirmar que no te dictan cada paso, cada herida.
No.
No es secreto que morimos de tristeza y de ansiedad por no encontrarnos. Que desgarra el sentimiento de empezar a construir cosas que mueren.
Pero antes de morir, vivimos. Vivimos de desear y de aceptar. Vivimos de saber que nada permanecerá.
Tuya es la mañana, tuyo el aire. El aliento que asegura que a tu lado encontraré hospitalidad.
Y te deseo. Porque nada de lo de afuera importa.
Porque aunque todo eso que se dice sea verdad, ninguna tormenta es grande.
Toda lluvia pasa, y ya vendrán otras aguas.